El Obispo Mons. Sarlinga visitó la capilla «Madre de la Esperanza» del barrio «El Remanso» ubicado dentro de la jurisdicción de la parroquia de La Sagrada Familia, de Los Cardales, en el partido de Exaltación de la Cruz. Acompañado del cura párroco, Pbro. Claudio Caruso, celebró la misa este domingo, y se entretuvo largamente con los fieles, que muy numerosos concurrieron a la visita del Obispo.
El Remanso se trata de una tradicional urbanización, fundada hace 30 años, que se extiende a lo largo de la Ruta N°8 desde el Km.70 hasta el Km. 75, y que abarca unas 500 hectáreas. Originariamente perteneciente a particulares, fue loteado al momento de la creación de la población, habiéndose transformado en una pequeña localidad y urbanización en forma de Barrio Parque, con una población, según el Indec 2001, de 1.266 habitantes, incluyendo Barrio Los Pinos y Barrio Parque Exaltación, aunque recientes cálculos estiman casi el doble.
La capilla «María Madre de la Esperanza» se encuentra ubicada ena en "El Guardamonte" y "La Cortejada", y se celebra la misa allí todos los domingos. El Padre Nestor Menéndez, recientemente fallecido, fue el fundador e impulsor principal de la Capilla, habiendo comenzado con un lugar de esparcimiento para que los feligreses de su parroquia de Ntra. Sra. de Fátima, de Belgrano (Buenos Aires) pudieran ir los fines de semana. La primera misa en el lugar, a pedido de los fieles, se celebró en enero de 1975. En 1978 se ampliaron las instalaciones de lugar y luego se hizo una cruz con ladrillos de vidrio. A partir 1979 se fomentaron las reuniones de familias, de catequesis, retiros espirituales y campamentos juveniles. Con el correr del tiempo se formó una comisión «pro templo» y comenzó a construirse el tempo, hasta que en 1984/5, con la colaboración del arquitecto Paul Amette se efectúa un proyecto integral, que culminó con en 1988, convirtiéndose en el único templo católico a lo largo del trayecto de la Ruta N°8 entre Fátima y San Antonio de Areco. La inauguración de la capilla tuvo lugar el 11 de Octubre de 1988, con la imagen de la Ssma. Virgen, traída desde Buenos Aires por Mons. Leaden y transportada con honores a su llegada a la entrada del pueblo. La iglesia fue solemnemente bendecida por Mons. Leaden.
Luego de referirse al Evangelio del día, al sentido de la Pasión de Jesucristo y al «hacerse como niños», con sencillez y humildad, para poder recibir en plenitud la Palabra de Dios y dejarse transformar por la gracia divina, el Obispo mencionó algunos trazos fundamentales del Plan Pastoral diocesano, promulgado en junio de este año, del cual recordó que, como iglesia particular, la diócesis de Zárate-Campana quiere afianzar la herencia de gracia y bendición que trajo la entrada en el IIIer. Milenio, poniendo el corazón en Jesucristo, el que hace nuevas todas las cosas (a cuyo Corazón fue consagrada la diócesis el 9 de mayo de 2009 en la iglesia co-catedral de Belén de Escobar). Y dijo que, conforme al Plan Pastoral, en ese «sentir con la Iglesia» es como tenemos que vivir nuestro cristianismo, cada día más y mejor, profundizando en el Evangelio de Jesucristo, como nos refiere el Papa Benedicto XVI en Deus Caritas est: "Ahora nos toca recoger la herencia jubilar, tomar conciencia de que lo importante no es tanto hacer "programas nuevos", sino vivir la novedad permanente del evangelio...". Mencionó también el Obispo que ello “(…) queremos hacerlo en fidelidad a la Iglesia, en comunión orgánica dentro de ella, con el Papa, Obispo de Roma y sucesor de San Pedro”, el cual como dice la Lumen gentium "(…) es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los Obispos como de la muchedumbre de los fieles"(LG 23). Refiriéndose a la comunión, mencionó que la comunión eucarística, que recorre y dinamiza la vida de la Iglesia, es también principio y norma de actuación, y que esto, cual criterio de verdad, responde a una actitud interior, y a una mística específicamente evangelizadora, la cual está íntimamente relacionada con la virtud de la esperanza (Cf. Plan Pastoral Diocesano, n. 2. “Nuestro Plan Pastoral dentro de la «caridad pastoral» de la Iglesia”). Pidió, por fin, a la Madre de la Esperanza, la Santísima Virgen María, que nos lleve a asumir verdaderamente la «nueva evangelización» a la que nos ha llamado la Iglesia, para ser, cada uno según su vocación y elección, y en su ambiente, continuidad de la presencia de Cristo en medio de los suyos.
Luego de referirse al Evangelio del día, al sentido de la Pasión de Jesucristo y al «hacerse como niños», con sencillez y humildad, para poder recibir en plenitud la Palabra de Dios y dejarse transformar por la gracia divina, el Obispo mencionó algunos trazos fundamentales del Plan Pastoral diocesano, promulgado en junio de este año, del cual recordó que, como iglesia particular, la diócesis de Zárate-Campana quiere afianzar la herencia de gracia y bendición que trajo la entrada en el IIIer. Milenio, poniendo el corazón en Jesucristo, el que hace nuevas todas las cosas (a cuyo Corazón fue consagrada la diócesis el 9 de mayo de 2009 en la iglesia co-catedral de Belén de Escobar). Y dijo que, conforme al Plan Pastoral, en ese «sentir con la Iglesia» es como tenemos que vivir nuestro cristianismo, cada día más y mejor, profundizando en el Evangelio de Jesucristo, como nos refiere el Papa Benedicto XVI en Deus Caritas est: "Ahora nos toca recoger la herencia jubilar, tomar conciencia de que lo importante no es tanto hacer "programas nuevos", sino vivir la novedad permanente del evangelio...". Mencionó también el Obispo que ello “(…) queremos hacerlo en fidelidad a la Iglesia, en comunión orgánica dentro de ella, con el Papa, Obispo de Roma y sucesor de San Pedro”, el cual como dice la Lumen gentium "(…) es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los Obispos como de la muchedumbre de los fieles"(LG 23). Refiriéndose a la comunión, mencionó que la comunión eucarística, que recorre y dinamiza la vida de la Iglesia, es también principio y norma de actuación, y que esto, cual criterio de verdad, responde a una actitud interior, y a una mística específicamente evangelizadora, la cual está íntimamente relacionada con la virtud de la esperanza (Cf. Plan Pastoral Diocesano, n. 2. “Nuestro Plan Pastoral dentro de la «caridad pastoral» de la Iglesia”). Pidió, por fin, a la Madre de la Esperanza, la Santísima Virgen María, que nos lleve a asumir verdaderamente la «nueva evangelización» a la que nos ha llamado la Iglesia, para ser, cada uno según su vocación y elección, y en su ambiente, continuidad de la presencia de Cristo en medio de los suyos.
Al término de la ceremonia, el Obispo entronizó en el templo un cuadro de Jesús Misericordioso que donó a la capilla, como recuerdo de su primera visita.
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