lunes, 25 de febrero de 2013

La cátedra de San Pedro y Eucaristía de acción de gracias por el ministerio petrino de Benedicto XVI en Santa Florentina

(Dióc. Zárate-Campana)
Sábado 23 de febrero de 2013
Iglesia catedral de Santa Florentina
(ciudad de Campana)

El Obispo en la eucaristía de acción de gracias por el pontificado de Benedicto XVI
Hermanos y hermanas tan queridos:
Luego de haber celebrado la festividad de la Cátedra de San Pedro, en esta víspera del domingo II de Cuaresma en el que el Evangelio de Lucas nos presenta la Transfiguración del Señor, los invito a contemplar la mirada de Jesús transfigurado, a dejar que Él pose su mano en nuestro corazón, y a reencontrar en nuestras vidas el perdón y la consolante renovación de nuestra vocación y misión.
Porque es la mirada de Jesús, que dulcemente penetra en nuestro ser, la que nos renueva. Como renovó, en cada momento fundamental de su vida, al hoy Obispo de Roma y Sucesor de Pedro, el Papa Benedicto XVI, que lo será hasta el próximo 28 de este mes.
Retrotrayendo nuestra mirada, a la vez, hacia atrás en la historia, vemos que fue el beato Papa Juan Pablo II quien providencialmente llamó a Roma, a la Congregación de la Fe, al entonces arzobispo de Munich, el cardenal Joseph Ratzinger. Él ya era cardenal, habiendo sido creado por S.S. Paulo VI, luego de haber sido nombrado por el mismo Papa como arzobispo de la ciudad bávara. Una conjunción, podemos decir, en quienes sirvieron en el ministerio petrino en las últimas décadas.
La Providencia Divina quiso que, con el decurso de los años, luego del venturoso pontificado de Juan Pablo II, Joseph Ratzinger fuera elegido Obispo de Roma y Sucesor del Apóstol Pedro, para lo cual tomó el nombre de Benedicto XVI, el “nombre nuevo” que el Señor da a quienes confía la misión de “apacentar a los corderos” (cf. Jn 21, 15-17).
Todas las personas de buena voluntad pueden testimoniar como, a lo largo de estos años de generosa entrega el Papa habló y obró, presidiendo en la caridad, en la comunión (koinonía) de la Iglesia, con la voz de Cristo (que) reúne todas las aguas del mundo, lleva en sí todas las aguas vivas que dan vida al mundo”, tal una imagen bíblica (cf. Ap 1, 15) que muy recientemente empleó, refiriéndose a la voz de Cristo de la que hizo eco San Pedro.
En estos momentos, ante la decisión de Benedicto XVI, ponderada, libre, y tomada con rectitud por su amor inquebrantable a Cristo y a la Iglesia, hemos querido celebrar esta eucaristía, teniendo en el corazón a todo el presbiterio, vida consagrada y laicado, unidos espiritualmente como diócesis, en la festividad de la Cátedra de San Pedro (ayer, en esta misma iglesia catedral) y hoy, víspera del Domingo II de Cuaresma, 23 de febrero, en acción de gracias por todo lo que el mismo Señor Jesús, Rey de los Pastores, nos ha brindado a través del ministerio de Benedicto, Benedictus, bendecido, misteriosamente, bendito en su vocación y misión.
En absoluto pretendo siquiera esbozar su inmenso legado y mucho menos hacerme intérprete de signos, para lo que no tengo la capacidad. Sería sencillamente imposible resumir su legado viviente, y por otra parte no es el caso de hacerlo en una homilía, y ante esta asamblea.
En cambio, procuraré espigar tan sólo algunos recientes “dones” de fe, esperanza y caridad que nos ha dejado, cuales signos humildes, amorosos e iluminados por el Espíritu.
En primer lugar, los insto a atender (y dirigir la mirada de ustedes) a la reciente lectio divina del Santo Padre, del 8 de febrero de 2013 (tres días antes del anuncio de su renuncia), durante una visita al Pontificio Seminario Romano Mayor. Un Obispo siempre se dirige  con corazón especialmente paterno a los seminaristas. Estas palabras forman parte de un excelente comentario espontáneo del Papa a un texto de la Primera Carta de San Pedro (1,3-5), ante “sus seminaristas” de la Diócesis de Roma, y se refieren a una esperanza, al continuo “renacer”, “renovarse” de la Iglesia:
Herencia es algo del futuro, y así esta palabra dice sobre todo que los cristianos tenemos el futuro: el futuro es nuestro, el futuro es de Dios. Y así, siendo cristianos, sabemos que el futuro es nuestro y que el árbol de la Iglesia no es un árbol moribundo, sino un árbol que crece siempre de nuevo. (…)  La Iglesia se renueva siempre, renace siempre (…)”La Iglesia se renueva siempre, renace siempre”
También con ocasión de esta visita al Pontificio Seminario Mayor, en la festividad de la Madonna della Fiducia (Virgen de la Confianza), el Papa Benedicto se refirió, como “entrando en el ser” de San Pedro, a su vocación de “testigo”, y, por ello, vocación “martirial”, a partir de la carta del Apóstol (Cf I Pe. 1,3-5). Podríamos decir que extrajo allí, como “condensado” el sentido del ministerio petrino, cuando describe a Pedro, “que habla” en su carta:
“Habla entonces aquél que encontró en Cristo Jesús al Mesías de Dios, que habló el primero en nombre de la Iglesia futura: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo» (cf. Mt 16, 16). Habla aquél que nos ha introducido en esta fe. Habla aquél a quien dijo el Señor: «Te entrego las llaves del reino de los cielos» (cf. Jn 16, 19), a quien confió su rebaño después de la Resurrección, diciéndole tres veces: «Apacienta mi rebaño, mis ovejas» (cf. Jn 21, 15-17). Habla también el hombre que cayó, que negó a Jesús y que tuvo la gracia de contemplar la mirada de Jesús, de ser tocado en su corazón y de haber encontrado el perdón y una renovación de su misión”.
Sigue en su explicación el sentido martirial de la vida cristiana, en su “aspecto martiriológico”, como él lo llama, que otra cosa no es sino el supremo testimonio, cada uno según su vocación y misión, hasta dar la vida (la sangre significa, en sentido propio y figurado, la vida, en el sentido bíblico profundo). Para el apóstol Pedro y sus sucesores, el testimonio es dar la vida, en el Primado, “la presidencia del servir” como “Siervos de los siervos de Dios”:
 Por lo tanto, el primado tiene este contenido de la universalidad, pero también un contenido martiriológico (…). Pedro, al venir a Roma, acepta de nuevo esta palabra del Señor: va hacia la Cruz; y nos invita a que también nosotros aceptemos el aspecto martiriológico del cristianismo, que puede tener formas muy distintas (…) Nadie ser cristiano sin seguir al Crucificado, sin aceptar incluso el momento martiriológico.
Otro significativo y reciente “don”, me parece, que nos ha dejado el Papa Benedicto, podría resumirse en las palabras finales de su discurso del 14 de febrero de 2013 (tres días después del anuncio de su renuncia), durante un encuentro con los párrocos y el clero de Roma. Con estas palabras concluyó una magnífica plática improvisada sobre el Concilio Vaticano II, ese gran acontecimiento del Espíritu, ante los sacerdotes de la Diócesis de Roma, y con ello pienso que nos indicó la fuerza impulsora para este Año de la Fe, y en adelante:
Me parece que, 50 años después del Concilio, vemos cómo (…) aparece el verdadero Concilio con toda su fuerza espiritual. Y es nuestra misión, precisamente en este Año de la fe, comenzando en este Año de la fe, trabajar para que el verdadero Concilio, con su fuerza del Espíritu Santo, se realice, y sea realmente renovada la Iglesia. Esperamos que el Señor nos ayude.
Con ello, pareciera el Papa habernos lanzado “mar adentro” a penetrar “verdaderamente”, con verdad, en el Concilio Vaticano II, para que, con la fuerza del Espíritu Santo, sea renovada la Iglesia en la verdad y la caridad.
Lo será en el Corazón de Jesús, con la intercesión de la Virgen María, a quien hoy, en esta iglesia, le rogamos, como sintiéndonos los discípulos a Ella confiados, como ingresando espiritualmente en el Evangelio de Juan, el único que nos ha dejado las palabras de Jesús en el momento en que confió el discípulo a la Virgen Madre (Cf Jn 9, 26-27).
En esta eucaristía, a Jesús Presente, con nuestra oración y unión a Él, el Cristo, Hijo de Dios vivo, confiamos al Papa Benedicto a la protección materna de la Virgen, y también oramos por aquél a quien Jesús nos dará como Sucesor de Pedro.
Esta última intención el mismo Benedicto XVI la auguró en distintas oportunidades en estos días, y lo hizo señaladamente al dar las gracias a los miembros de la Curia tras sus últimos ejercicios espirituales: El nuevo Papa tenga la gracia de contemplar la mirada de Jesús, de ser tocado en su corazón y de haber encontrado el perdón y una renovación de su misión”.
Nosotros también, renovados en la esperanza, confiamos en el Señor, el cual, a través de la mediación de quienes compete, nos dará el nuevo Papa, tal como la Iglesia, su Cuerpo y su Pueblo, en estos tiempos lo necesita. Si se quiere, desde la confianza en Dios, en su promesa, hoy nos conforta más aún la certeza de saber que él, el próximo Papa, está en el Corazón de Jesús, quien lo prepara para apacentar a los corderos de la Iglesia. La Virgen, ella sí, lo tiene en su corazón, sencillamente porque en su ternura materna, desde el inicio de la vida de Jesús, conservaba todo” en su corazón (Cf Lc 2,51).
Un último aporte, desde este templo, en la ciudad de Campana junto a los brazos del gran río Paraná, en nuestra diócesis de Zárate-Campana que tiene como catedral a Santa Florentina y como concatedral a la Natividad de Señor. En esta iglesia de Santa Florentina, templo de acotadas dimensiones, con sus formas rectilíneas o triangulares propias de la década de los años sesenta, destaca, bello y austero, un gran mural del renombrado artista Raúl Soldi, con sus característicos “azules”, donde despunta la blancura de una simbólica flor.
En dicho mural el artífice representó bellamente a Santa Florentina, virgen, portando un lirio blanco. Ella fue una piadosa y docta virgen y fundadora del siglo VI, hermana de los obispos San Leandro, San Isidoro de Sevilla y San Fulgencio, los Padres de la Iglesia hispana, tan buenos pastores, doctos, significativos, proactivos, tan unidos en comunión afectiva y efectiva a la cátedra de Pedro, en los difíciles tiempos del arrianismo o semiarrianismo que asolaba por entonces parte no menor de Europa. 
El mural de Santa Florentina y la imagen de la Virgen de Luján
 que encabezó la primera Misión diocesana en 1979
Debajo, en el mural, casi como escondido, está escrito bajo el albo lirio o lys que ella porta: “floreces como el lirio”. Muchas veces, en estos siete años de mi servicio aquí, desde que vine desde Mercedes-Luján, he mirado y meditado en la inscripción, y he pensado que para “florecer”, hay que dejarse purificar por Dios. Es un pensamiento mío, pero se lo dejo a ustedes para que hagamos también nosotros una purificación de nuestros corazones. Tomémoslo como una imagen que nos mueva a orar y a confiar, sin reservas.
Así, ofrezcamos también nosotros hoy, desde nuestra humildad, desde nuestro no incidir para nada en los humanos acontecimientos que mueven a este mundo, nuestra oración, que se eleve como el incienso.
En este templo de Santa Florentina, ponemos, impulsados por el Espíritu de Amor y conscientes de la primacía de la Gracia, esta intención. Que reflorezca también la Iglesia con renovada juventud, con renovadas fuerzas, dispuesta al “testimonio” de Cristo. Que, con humildad y fortaleza, florezca el Pastor como un blanco lirio, para alegría y belleza del jardín de Dios, para servir a la Iglesia”.
Gracias, Santo Padre, bueno y fiel. En el Señor confiamos, y en “Nuestra Señora de la Confianza”.
+Oscar Sarlinga
Obispo de Zárate-Campana
Sábado 23 febrero

lunes, 11 de febrero de 2013

Visita pastoral al centro de Nuestra Señora de Lourdes, de la asociación homónima, de la Hna. Laurentina Bussano y cooperadores, en el barrio de Santa Brígida, Maquinista Savio. La comisión episcopal nos envía el Mensaje Papal para la XXI Jornada del Enfermo, en el día de Nuestra Señora de Lourdes. Nuestro Obispo concurrirá por la tarde del día 11 a Maquinista Savio. El Miércoles de Ceniza, Mons. Oscar Sarlinga celebrará en la parroquia de San Isidro Labrador, de Lima (Zárate).

11 de febrero de 2013
La Asociación NUESTRA SEÑORA DE LOURDES fue fundada el 11 de febrero de 2005 por Laurentina Julia Bussano, Adelina Eliza Mariani y un grupo de señoras. El centro mencionado está en la jurisdicción de la parroquia de la Inmaculada Concepción, de Maquinista Savio.
Procesión de la Virgen de Lourdes el 11 de febrero (foto de archivo)
El centro “Nuestra Señora de Lourdes”, ubicado en un barrio humilde, podría llamarse verdaderamente de promoción integral de la persona humana, siendo llevado adelante por una asociación de fieles reconocida por el Obispado en 2007, la cual tiene por finalidad el desarrollo integral humano y católico de las personas, difundiendo el Evangelio a través del carisma de la devoción mariana de la Inmaculada Concepción (Nuestra Señora de Lourdes). La opción preferencial por los pobres y carenciados, en especial los niños sin hogar, está presente en el carisma fundacional. La espiritualidad de la asociación está centrada en buscar la unidad en la pluralidad allí donde viven y trabajan todos los miembros, así como también en la propia asociación, basada su inspiración en Jn 17,21: ”Que todos sean uno” (y asimismo en el Catecismo de la Iglesia Católica, n. 960; en la encíclica “Ut Unum sint” de SS. Juan Pablo II n. 68; , en el Plan Pastoral de la CEA “Navega mar adentro” n.83).
Procesión del Hogar de Nuestra Señora de Lourdes (foto de archivo)
Enclavado en plena zona pobre de Pilar, el centro de promoción humana integral apunta al respeto a la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, prescindiendo de toda cualidad accidental y procura contribuir a paliar la desunión y violencia en nuestro mundo cotidiano. La sede de la misma asociación está sita en San Salvador 4470 Maquinista Savio (Barrio “Santa Brígida”) 1620 Partido de Pilar en la Provincia de Buenos Aires.
Misa en el Hogar de Nuestra Señora de Lourdes (foto de archivo)
 Para dichos objetivos expuestos, cuenta con el HOGAR DE DIA de NUESTRA SEÑORA DE LOURDES, del Seminario Catequístico Diocesano y de Formación Espiritual “María Inmaculada”, con catequesis de iniciación para niños y adultos, y asimismo promueve retiros y cursos de formación espiritual católica, tanto como cursos de informática, apoyo escolar, talleres de capacitación y otros correlativos (como el Comedor Comunitario y las Colonia Sabatina y de Verano para niños y jóvenes).
PROCESION Y MISA
El jueves 11 de febrero,a las 18 horas, con ocasión de un nuevo aniversario de las apariciones de la Santísima Virgen en Massabielle, Lourdes, diócesis de Tarbes en los Pirineos franceses a Bernarda Soubirous ( Santa M. Bernardita), humilde pastorcita, en consonancia con las demás grutas repetidas y repartidas por el mundo bajo esta advocación mariana del Santuario más visitado del mundo, las celebraciones se inauguraron con la nutrida procesión, en la barriada “Santa Brígida”, jurisdicción parroquial de la Inmaculada Concepción en Maquinista Savio, diócesis de Zárate-Campana.

Lecturas Miércoles de Ceniza

Miércoles 13 de Febrero del 2013
Primera lectura
Lectura de la profecía de Joel (2,12-18):

«Ahora, oráculo del Señor, convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad los corazones y no las vestiduras; convertíos al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas.» Quizá se arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda, la libación para el Señor, vuestro Dios. Tocad la trompeta en Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión. Congregad al pueblo, santificad la asamblea, reunid a los ancianos. Congregad a muchachos y niños de pecho. Salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: «Perdona, Señor, a tu pueblo; no entregues tu heredad al oprobio, no la dominen los gentiles; no se diga entre las naciones: ¿Dónde está su Dios? El Señor tenga celos por su tierra, y perdone a su pueblo.»

Palabra de Dios
Salmo
Sal 50,3-4.5-6a.12-13.14.17

R/. Misericordia, Señor: hemos pecado

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso. Señor,
me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,20–6,2):

Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios. Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: «En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.

Palabra de Dios
Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,1-6.16-18):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensara.»

Palabra del Señor


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