Cincuenta días después de la Pascua, el Espíritu Santo descendió sobre la comunidad de los discípulos, que “perseveraban concordes en la oración en común” junto con “María, la madre de Jesús”, y con los doce Apóstoles (cf. Hch 1, 14; 2, 1). Por tanto, podemos decir que la Iglesia tuvo su inicio solemne con la venida del Espíritu Santo. En ese extraordinario acontecimiento encontramos las notas esenciales y características de la Iglesia: la Iglesia es una, como la comunidad de Pentecostés, que estaba unida en oración y era “concorde”: “tenía un solo corazón y una sola alma” (Hch 4, 32). La Iglesia es santa, no por sus méritos, sino porque, animada por el Espíritu Santo, mantiene fija su mirada en Cristo, para conformarse a él y a su amor. La Iglesia es católica, porque el Evangelio está destinado a todos los pueblos y por eso, ya en el comienzo, el Espíritu Santo hace que hable todas las lenguas. La Iglesia es apostólica, porque, edificada sobre el fundamento de los Apóstoles, custodia fielmente su enseñanza a través de la cadena ininterrumpida de la sucesión episcopal. La Iglesia, además, por su misma naturaleza, es misionera, y desde el día de Pentecostés el Espíritu Santo no cesa de impulsarla por los caminos del mundo, hasta los últimos confines de la tierra y hasta el fin de los tiempos. Esta realidad, que podemos comprobar en todas las épocas, ya está anticipada en el libro de los Hechos, donde se describe el paso del Evangelio de los judíos a los paganos, de Jerusalén a Roma. Roma indica el mundo de los paganos y así todos los pueblos que están fuera del antiguo pueblo de Dios. Efectivamente, los Hechos concluyen con la llegada del Evangelio a Roma. Por eso, se puede decir que Roma es el nombre concreto de la catolicidad y de la misionariedad; expresa la fidelidad a los orígenes, a la Iglesia de todos los tiempos, a una Iglesia que habla todas las lenguas y sale al encuentro de todas las culturas. El primer Pentecostés tuvo lugar cuando María santísima estaba presente en medio de los discípulos en el Cenáculo de Jerusalén y oraba. También hoy nos encomendamos a su intercesión materna, para que el Espíritu Santo venga con abundancia sobre la Iglesia de nuestro tiempo, llene el corazón de todos los fieles y encienda en ellos, en nosotros, el fuego de su amor.
martes, 30 de octubre de 2012
miércoles, 24 de octubre de 2012
Misa por los enfermos será celebrada por Mons. Oscar en la Catedral Santa Florentina
Nuestro Obispo Mons. Oscar D. Sarlinga celebrará la Santa Misa del día nacional del enfermo el domingo 11 de noviembre a las 17, en la iglesia (catedral) de Santa Florentina, en la ciudad de Campana.A la misma asistirá el Rev. Diác. Pedro Bruno, delegado episcopal para la pastoral de la salud y representantes de la misma pastoral específica provenientes de diversas parroquias de la diócesis.
AÑO DE LA FE
Domingo 11 de noviembre de 2012
“VENDAR LAS LLAGAS DE LOS CORAZONES ROTOS” (Is 61,1)
Carta Pastoral a las comunidades
Domingo 11 de noviembre de 2012
“VENDAR LAS LLAGAS DE LOS CORAZONES ROTOS” (Is 61,1)
Carta Pastoral a las comunidades
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
El 11 de noviembre es el Día Nacional del Enfermo, en el cual la Iglesia en Argentina quiere llamar la atención y despertar la conciencia de los fieles sobre la realidad del sufrimiento humano.
El lema de este año es: “Vendar las llagas de los corazones rotos”, tomado del Profeta Isaías: “¡El Espíritu del Señor está sobre mí! Porque el Señor me ha ungido. Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos, a proclamar la libertad a los presos” (Is 61,1). Y como iluminación presentamos la figura de Jesús que sostiene al herido, según la parábola del Buen Samaritano (Lc 10, 29-37).
Es nuestro deseo que llegue una “buena noticia” a los que sufren, en el alma o en el cuerpo, y a todos los hermanos en la fe un llamado a no pasar de largo ante el dolor del prójimo herido. En la parábola del Buen Samaritano Jesús nos enseña qué actitud tomar ante el hermano caído: no desviar la mirada, sino acercarse, interesarse, ofrecer ayuda concreta. Detenernos junto al enfermo y necesitado, no por curiosidad, sino con disponibilidad y sensibilidad, capaces de compadecernos del que sufre y ofrecer la ayuda eficaz, hasta la entrega de nosotros mismos.
De igual manera, estar cercanos a las familias que llevan la sobrecarga de familiares enfermos, ancianos, con capacidades especiales, o sufren las consecuencias de la violencia o del flagelo de las adicciones, a las que la sociedad actual olvida, saturada de relativismo y permisivismo y lejos del Sumo y Único verdadero Bien, que es Dios, abre el camino de la caridad a las nuevas generaciones.
Por eso es que no podemos permanecer indiferentes ante los cuestionamientos e incoherencias de una sociedad que camina a la deriva, porque ha perdido la brújula de la fe y los mandamientos de Dios. También la ignorancia, sobre todo religiosa, y la ausencia de valores en la vida personal, familiar y social, es una grave situación de pobreza a la que debemos atender
Queremos mirar con esperanza y positivamente el futuro. Lo podemos hacer porque Jesús camina con nosotros. Él lo dice: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20). De esta certeza “debemos sacar un nuevo impulso en la vida cristiana” y “redescubrir el camino de la fe” hacia el encuentro con Cristo.”Ponernos en camino para rescatar a los hombres del desierto y conducirlos al lugar de la vida, hacia la amistad con el Hijo de Dios, hacia Aquel que nos da la vida, y la vida en plenitud” (Porta fidei, n.2).
La riqueza de la fe
Si realmente vivimos la fe como experiencia de encuentro con Cristo, sabremos acercarnos a los hermanos que sufren, llevarles la buena noticia y “vendar las llagas de los corazones rotos”, ofreciéndoles la riqueza de la fe. Tenemos, en efecto, a nuestra disposición, como un don de la misericordia y providencia de Dios, en primer lugar la Palabra de Dios, y también las medicinas de Dios, que son los sacramentos de curación. A través de ellos el amor de Cristo nos libera del pecado que nos esclaviza y enferma, y nos conforta en la debilidad corporal y espiritual.
Las medicinas de Dios
Estas “medicinas” de Dios son: el sacramento de la Confesión o Reconciliación, por el que nos reconciliamos con Dios y con la Iglesia, recobramos la paz y nos sanamos espiritualmente; el sacramento de la Unción de los Enfermos, que sana el alma y el cuerpo, ayuda a asumir la enfermedad desde la fe y prepara a esperar con serena confianza el abrazo del Padre Dios, y la Comunión, el encuentro con Jesús Eucaristía, alimento del hombre peregrino, que nos da vida.
El Papa Benedicto XVI insiste en que redescubramos la riqueza de la fe y la belleza de la vida cristiana para ofrecérselas a los hombres sedientos o heridos del mundo de hoy.
María, la Madre de Jesús, con su ejemplo e intercesión nos inspira confianza y la voluntad de asumir el dolor, unirlo al sufrimiento de Cristo y convertirlo en signo eficaz de salvación.
Rogamos al Señor que los bendiga y guarde.
El lema de este año es: “Vendar las llagas de los corazones rotos”, tomado del Profeta Isaías: “¡El Espíritu del Señor está sobre mí! Porque el Señor me ha ungido. Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos, a proclamar la libertad a los presos” (Is 61,1). Y como iluminación presentamos la figura de Jesús que sostiene al herido, según la parábola del Buen Samaritano (Lc 10, 29-37).
Es nuestro deseo que llegue una “buena noticia” a los que sufren, en el alma o en el cuerpo, y a todos los hermanos en la fe un llamado a no pasar de largo ante el dolor del prójimo herido. En la parábola del Buen Samaritano Jesús nos enseña qué actitud tomar ante el hermano caído: no desviar la mirada, sino acercarse, interesarse, ofrecer ayuda concreta. Detenernos junto al enfermo y necesitado, no por curiosidad, sino con disponibilidad y sensibilidad, capaces de compadecernos del que sufre y ofrecer la ayuda eficaz, hasta la entrega de nosotros mismos.
De igual manera, estar cercanos a las familias que llevan la sobrecarga de familiares enfermos, ancianos, con capacidades especiales, o sufren las consecuencias de la violencia o del flagelo de las adicciones, a las que la sociedad actual olvida, saturada de relativismo y permisivismo y lejos del Sumo y Único verdadero Bien, que es Dios, abre el camino de la caridad a las nuevas generaciones.
Por eso es que no podemos permanecer indiferentes ante los cuestionamientos e incoherencias de una sociedad que camina a la deriva, porque ha perdido la brújula de la fe y los mandamientos de Dios. También la ignorancia, sobre todo religiosa, y la ausencia de valores en la vida personal, familiar y social, es una grave situación de pobreza a la que debemos atender
Queremos mirar con esperanza y positivamente el futuro. Lo podemos hacer porque Jesús camina con nosotros. Él lo dice: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20). De esta certeza “debemos sacar un nuevo impulso en la vida cristiana” y “redescubrir el camino de la fe” hacia el encuentro con Cristo.”Ponernos en camino para rescatar a los hombres del desierto y conducirlos al lugar de la vida, hacia la amistad con el Hijo de Dios, hacia Aquel que nos da la vida, y la vida en plenitud” (Porta fidei, n.2).
La riqueza de la fe
Si realmente vivimos la fe como experiencia de encuentro con Cristo, sabremos acercarnos a los hermanos que sufren, llevarles la buena noticia y “vendar las llagas de los corazones rotos”, ofreciéndoles la riqueza de la fe. Tenemos, en efecto, a nuestra disposición, como un don de la misericordia y providencia de Dios, en primer lugar la Palabra de Dios, y también las medicinas de Dios, que son los sacramentos de curación. A través de ellos el amor de Cristo nos libera del pecado que nos esclaviza y enferma, y nos conforta en la debilidad corporal y espiritual.
Las medicinas de Dios
Estas “medicinas” de Dios son: el sacramento de la Confesión o Reconciliación, por el que nos reconciliamos con Dios y con la Iglesia, recobramos la paz y nos sanamos espiritualmente; el sacramento de la Unción de los Enfermos, que sana el alma y el cuerpo, ayuda a asumir la enfermedad desde la fe y prepara a esperar con serena confianza el abrazo del Padre Dios, y la Comunión, el encuentro con Jesús Eucaristía, alimento del hombre peregrino, que nos da vida.
El Papa Benedicto XVI insiste en que redescubramos la riqueza de la fe y la belleza de la vida cristiana para ofrecérselas a los hombres sedientos o heridos del mundo de hoy.
María, la Madre de Jesús, con su ejemplo e intercesión nos inspira confianza y la voluntad de asumir el dolor, unirlo al sufrimiento de Cristo y convertirlo en signo eficaz de salvación.
Rogamos al Señor que los bendiga y guarde.
Los Obispos de la
Comisión Episcopal para la Pastoral de la Salud
martes, 9 de octubre de 2012
VI Misión Juvenil Diocesana en Zárate-Campana
7 de octubre /Tuvo lugar en la ciudad de Zárate la Sexta “Misión Joven” diocesana, como la preparación más inmediata a la apertura del Año de la Fe.
Con el lema “Vayan y hagan discípulos a todas las naciones” (Mt. 28, 19) jóvenes provenientes de parroquias, asociaciones de fieles,
movimientos e instituciones de toda la diócesis se hicieron presentes para llevar a las familias zarateñas la Buena Nueva. Participaron también los seminaristas del Seminario “San Pedro y San Pablo” de Campana, algunos de los cuales recibieron ministerios de mano del Obispo en la misa del sábado 7. El día 12 se hará la apertura solemne del Año de la Fe en Pilar.
movimientos e instituciones de toda la diócesis se hicieron presentes para llevar a las familias zarateñas la Buena Nueva. Participaron también los seminaristas del Seminario “San Pedro y San Pablo” de Campana, algunos de los cuales recibieron ministerios de mano del Obispo en la misa del sábado 7. El día 12 se hará la apertura solemne del Año de la Fe en Pilar.
Por primera vez, la ciudad de Zárate recibió la “Misión joven” de la diócesis, uno de los ejes de la pastoral diocesana de comunión
y misionariedad. Cerca de 500 jóvenes estables provenientes de los distintos partidos que comprende la diócesis de Zárate-Campana,
más distintos jóvenes que se incorporaron en alguna de las jornadas misioneras, transmitieron el mensaje de fe, evangelizaron y testimoniaron en las visitas a las casas de familia y a través de distintos eventos, en esta ciudad, donde también este año 2012 se celebraron las “Fiestas patronales diocesanas” de la Virgen de Luján, también con participación de fieles de toda la circunscripción eclesiástica. Los jóvenes fueron hospedados en el Colegio “Sagrada Familia” y el Hogar “Santa Teresita” durante todo el transcurso de éste gesto misionero que se realiza todos los años en un partido, una ciudad o región diferente de la vasta y poblada diócesis.
y misionariedad. Cerca de 500 jóvenes estables provenientes de los distintos partidos que comprende la diócesis de Zárate-Campana,
más distintos jóvenes que se incorporaron en alguna de las jornadas misioneras, transmitieron el mensaje de fe, evangelizaron y testimoniaron en las visitas a las casas de familia y a través de distintos eventos, en esta ciudad, donde también este año 2012 se celebraron las “Fiestas patronales diocesanas” de la Virgen de Luján, también con participación de fieles de toda la circunscripción eclesiástica. Los jóvenes fueron hospedados en el Colegio “Sagrada Familia” y el Hogar “Santa Teresita” durante todo el transcurso de éste gesto misionero que se realiza todos los años en un partido, una ciudad o región diferente de la vasta y poblada diócesis.
El Obispo Mons. Oscar Sarlinga concurrió para la misa del sábado por la tarde, para el “evento joven” y para la misa del lunes a las 11.
Muy numerosos sacerdotes, y también algunos diáconos permanentes y religiosos y religiosas se hicieron presentes. De entre los sacerdotes, los vicarios, los curas párrocos de Zárate, los delegados episcopales, el Seminario, con los Padres Santiago Herrera, Hugo Lovatto (delegado para la juventud) y Fernando Fusari, y tantos otros.
Muy numerosos sacerdotes, y también algunos diáconos permanentes y religiosos y religiosas se hicieron presentes. De entre los sacerdotes, los vicarios, los curas párrocos de Zárate, los delegados episcopales, el Seminario, con los Padres Santiago Herrera, Hugo Lovatto (delegado para la juventud) y Fernando Fusari, y tantos otros.
Como se ha dicho, además de las tradicionales visitas a las casas de familia, se misionó en diferentes instituciones como hogares de ancianos, entre ellos el perteneciente a las Misioneras de la Caridad, Bomberos Voluntarios, Cruz Roja y distintos centros de salud. El sábado se rezo la Via Crucis por las calles de la ciudad de Zárate y se finalizó con un acto penitencial y Adoración al Santísimo Sacramento en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen. El día domingo los jóvenes se trasladaron a las Parroquias María de Nazareth y Nuestra Señora de Fátima donde compartieron la Adoración con las comunidades parroquiales. El día finalizó con un “evento joven” con presencia de artistas musicales y participación de jóvenes de nuestra diócesis; a decir verdad, incluso dicho
evento constituyó un verdadero momento de fraternidad y de oración, con canciones cristianas y momentos de meditación. También el Obispo, los sacerdotes y los seminaristas estuvieron presentes en dicho “evento joven”.
evento constituyó un verdadero momento de fraternidad y de oración, con canciones cristianas y momentos de meditación. También el Obispo, los sacerdotes y los seminaristas estuvieron presentes en dicho “evento joven”.
Se habla de “Sexta Edición de la Misión Juvenil Diocesana” puesto que, luego de la asunción del Plan Pastoral, en 2007 comenzó en Santiago del Baradero, en 2008 en Belén de Escobar, en 2009 en Campana, en 2010, para el Bicentenario, tuvo lugar en San Antonio de Areco (declarada “madre de ciudades” de la región) y en 2010 tuvo lugar en Pilar.
Los medios de comunicación de la ciudad de Zárate dieron una interesante difusión al acontecimiento, llamándolo “uno de los
eventos religiosos más importantes de entre los que la diócesis realiza todos los años, en el cual ahora los jóvenes son los encargados de difundir la Buena Noticia a cada rincón de la ciudad de Zárate”. La delegación de pastoral de Juventud, dijo a los medios, a través de algunos de los jóvenes organizadores: “Nuestro Obispo nos envía a ser pescadores de hombres y con esto buscamos a aquellos jóvenes y no tan jóvenes que están más alejados, en cada rincón de cada ciudad y cada hogar, y al mismo tiempo el ser pescadores de hombres, nos hace salir al encuentro de aquellos hermanos y hermanas que se sienten alejados de la fe cristiana, para que vuelva a brotar en ellos esa luz que fue apagada en algún momento. De este modo, esas personas, esos jóvenes, van a incentivar a otros hermanos, personas tanto jóvenes como adolescentes y adultos para que volvamos a Jesucristo como centro de nuestra vida, paa tener un mundo mejor”. Así se expresaron. Todos los voluntarios e incluso los autos en los que se movilizaron fueron debidamente identificados para evitar cualquier tipo de malentendido con los vecinos, y es digno de notar la colaboración de las familias, de las instituciones, e incluso, desinteresadamente, de los medios de comunicación regionales.
eventos religiosos más importantes de entre los que la diócesis realiza todos los años, en el cual ahora los jóvenes son los encargados de difundir la Buena Noticia a cada rincón de la ciudad de Zárate”. La delegación de pastoral de Juventud, dijo a los medios, a través de algunos de los jóvenes organizadores: “Nuestro Obispo nos envía a ser pescadores de hombres y con esto buscamos a aquellos jóvenes y no tan jóvenes que están más alejados, en cada rincón de cada ciudad y cada hogar, y al mismo tiempo el ser pescadores de hombres, nos hace salir al encuentro de aquellos hermanos y hermanas que se sienten alejados de la fe cristiana, para que vuelva a brotar en ellos esa luz que fue apagada en algún momento. De este modo, esas personas, esos jóvenes, van a incentivar a otros hermanos, personas tanto jóvenes como adolescentes y adultos para que volvamos a Jesucristo como centro de nuestra vida, paa tener un mundo mejor”. Así se expresaron. Todos los voluntarios e incluso los autos en los que se movilizaron fueron debidamente identificados para evitar cualquier tipo de malentendido con los vecinos, y es digno de notar la colaboración de las familias, de las instituciones, e incluso, desinteresadamente, de los medios de comunicación regionales.
http://www.eldebate.com.ar/despliegue.php?
idnoticia=61456&idseccion=25
jueves, 4 de octubre de 2012
La Parroquia San Francisco celebró sus fiestas patronales
San Francisco de Asís, modelo de regeneración social en el Espíritu”.
Con gran participación de fieles, grupos apostólicos, entidades de bien común, instituciones, entidades educativas, y pueblo en general, el Obispo de Zárate-Campana, Mons. Oscar Sarlinga, presidió las celebraciones patronales de San Francisco de Asís, en la jurisdicción de la penúltima parroquia erigida en la diócesis, Nuestra Señora de la Paz y San Francisco de Asís. El párroco, Pbro. Gabriel Micheli, junto con su consejo pastoral, prepararon muy bien las festividades, también con sentido de promoción social integral y de creación de nuevos grupos apostólicos y reafirmación de la misión joven. La sede parroquial de San Francisco de Asís se encuentra celebrando sus fiestas patronales, con novena y solemnidad trasladada al domingo más cercano. Grupos apostólicos nuevos, nuevos catequistas, grupos de oración, grupos de ayuda a tóxicodependientes y de reinserción de quienes han logrado vencer ese flagelo, el grupo juvenil, el grupo misionero, la Caritas, el grupo de artes marciales y otros de inclusión de niños y jóvenes en riesgo, y numerosos otros, así como escuelas participantes, dieron muestra de la vitalidad de esta joven parroquia.
El domingo de la solemnidad, a las 10:30 se concentraron los fieles en la rotonda de ingreso al barrio San Jorge y a las 11 se dio inicio a la procesión, en honor a San Francisco, luego de lo cual tuvo lugar la Santa Misa, a las 11.30 , presidida por Mons. Sarlinga y concelebrada por el cura párroco, Pbro. Gabriel Micheli, y por Mons. Galuppo, mons. Santiago Herrera, Mons. Marcelo Monteagudo, el Pbro. Atilio Rosatte (cura párroco de Santiago del Baradero) y el Pbro. Iván Pertiné, de la sociedad de San Juan. Participaron seminaristas del Seminario “San Pedro y San Pablo”, entre los cuales Francisco Liaudat, destinado los fines de semana a esa parroquia para la pastoral e instituido acólito el sábado anterior en Nuestra Señora de la Paz.
Durante la misa patronal fueron confirmados 5 jóvenes de los barrios San Jorge y Carabassa y al término se oficializó el grupo scout “Nuestra Señora de la Paz”. En su homilía Mons. Sarlinga destacó el espíritu ardoroso de San Francisco de Asís, su despojo de todo para dejarse llenar por el Espíritu de Amor y su obediencia filial a la Iglesia, lo cual hizo que se transformara en modelo de “kénosis”, anonadamiento, a imitación de Jesucristo, y al mismo tiempo “en modelo de regeneración social en el Espíritu” puesto que el reconocimiento de su ánimo y finalidad católicos por parte del Papa Inocencio III hizo que se encauzara un gran movimiento que, en el medioevo, buscaba la pobreza espiritual y lo que hoy llamaríamos la justicia social, pero que necesitaba encauzamiento y a la vez crecimiento. Este encuentro entre “potencia irrumpiente del Espíritu” y “autoridad apostólica” (la cual viene también del Espíritu) forjó un modo de ser “creaturas nuevas”, en sentido paulino, que en su momento significó una fuerza de evangelización y civilización. Además acotó Monseñor Sarlinga: “Para eso está la verdadera autoridad, dijo el Obispo, para “escuchar”, ella misma, al Espíritu Santo, en la comunión de la Iglesia, para “obedecer a Dios” y de ese modo que se le preste obediencia (oboedientia, escucha) en la Iglesia, y para “dar crecimiento a la obra del mismo Dios”, puesto que el mismo concepto de “auctoritas” representa a la vez a quien “da cauce” y al mismo tiempo “hace crecer”. Mencionó también que San Francisco de Asís fue lugar adonde se acudía desde la diócesis a misionar, pero que hoy es un centro misionero, con la “misión joven” y con el sentido de la misión permanente que se da a la catequesis, y en especial a la confirmación.
En cuanto a la novena, tuvo el siguiente itinerario:
Lunes 24 de septiembre:
Misa 19 hs. Iglesia San Francisco de Asís. Por los difuntos.
Martes 25 de septiembre:
Misa 19 hs. Iglesia San Francisco de Asís. Fiesta de Ntra. Sra. de San Nicolás. La Virgen María como modelo de fe.
Miércoles 26 de septiembre:
Misa 19 hs. Iglesia San Francisco de Asís. Por las familias de catequistas.
Jueves 27 de septiembre:
Misa 19 hs. Iglesia San Francisco de Asís. Por las vocaciones sacerdotales, por el Seminario Diocesano San Pedro y San Pablo.
Viernes 28 de septiembre:
Misa 19 hs. Iglesia San Francisco de Asís. Por los enfermos. En la misa se confirió el sacramento de la Unción de los enfermos.
Al término de cada misa, en la Adoración al Santísimo, se rezó la Corona de la Divina Misericordia.
El cierre de los festejos patronales siguió con una fraterna reunión comunitaria en la amplia plaza frente a la iglesia parroquial, y el asado criollo al que concurrió la comunidad toda (Obispo y sacerdotes incluidos) fue beneficio de la obra de los salones parroquiales, que aún falta concluir.
La parroquia de Nuestra Señora de la Paz y San Francisco de Asís abarca dos grandes franjas de ruta rodeadas de población en el partido de Pilar. Dos son los templos con que cuenta, y abarca la franja poblacional del barrio san Jorge y el barrio Carabassa y su entorno -incluyendo el histórico “Pilar viejo”-, así como la zona conocida como Estancias del Pilar, en sentido amplio puesto que la larguísima ruta pública que llega hasta ese lugar está sembrada de barrios abiertos, y también de algunos barrios cerrados, tanto de un lado como de otro. La jurisdicción de la nueva parroquia -que integra el decanato Nuestra Señora del Pilar- quedó delimitada al norte con la calle Tres Arroyos, antigua Ruta 8 y calle Mercedes; al este con la ruta 34; al sur con el partido de Luján y al oeste con el río Luján.
Nuestro Obispo estableció que la sede parroquial sea la iglesia San Francisco de Asís (avenida San Jorge esquina Los Paraísos, Barrio San Jorge, Pilar). Hace tiempo que venía augurándose la creación de una parroquia en esa zona, con fundamento en “el crecimiento demográfico de la ciudad de Pilar, y la necesidad de una mayor atención pastoral en un amplio sector de la misma, así como el crecimiento de la pastoral de la Iglesia católica en esas regiones, la existencia de nuevos templos con sus salones pastorales y demás dependencias, así como la formación progresiva de comunidades de fieles y el crecimiento de las instituciones en la zona, no menor la instalación de establecimientos de educación católica, así como emprendimientos de caridad institucional”. Ésta es la cuarta parroquia en el partido de Pilar erigida por monseñor Sarlinga desde 2006. Las restantes fueron San Luis Gonzaga (Manzanares-Fátima), San Manuel Mártir (La Lonja), y Nuestra Señora de Luján y San José Obrero (Zelaya).+
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